LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA
El inicio de la Guerra Civil
El proceso de revolución democrática iniciado con la Segunda República puso en peligro los intereses y privilegios de la oligarquía, la Iglesia y el Ejercito. Para hacerlo fracasar propiciaron una conspiración: los monárquicos y los militares; los falangistas y carlistas.
Los organizadores de la insurrección contra el poder republicano fueron altos mandos del Ejército agrupados en la Unión militar Española. Los implicados fueron: Fanjul, Goded, Varela, Llano, Cabanellas, Mola, Franco y Sanjurjo.
El asesinato de José Calvo Sotelo decidió a los conspiradores a iniciar la sublevación. El golpe militar provocó un pronunciamiento clásico, con el apoyo de las milicias carlistas y falangistas, se inició el 17 de julio de. Luego se hicieron con el poder en todo el protectorado de Marruecos. El 18 de julio, Franco voló de Canarias hasta Marruecos y tomó el mando del ejército de África.
Sanjurjo murió en un accidente aéreo por lo que el general Emilio Mola planificó y coordinó las acciones. Entre tanto, el gobierno había trasladado a los principales sospechosos lejos de Madrid, reaccionó con indecisión y pasividad, lo que permitió a los insurrectos consolidar sus posiciones. Mola ocupó Pamplona con ayuda de los requetés tradicionalistas, Llano venció en Sevilla y se extendió por parte de Andalucía y Cabanellas se extendió por Zaragoza. Madrid y Barcelona pudo ser sofocada. Las milicias obreras asaltaron el cuartel de la Montaña, estos se atrincheraron en Barcelona y los anarquistas y las fuerzas del orden hicieron fracasar el levantamiento.
La división de España
Pronto se evidenció el fracaso del pronunciamiento militar y la división en dos del Éjercito, del territorio. Por una parte, un bando leal a la República, llamado rojo por los sublevados, y, por otra, el bando sublevado, autodenominado racional, llamado asimismo alzamiento al golpe militar.

Los sublevados controlaron el norte de Castilla y León, Galicia, Navarra, gran parte de Aragón y de Andalucía occidental; Baleares; Canarias y el protectorado colonial norteafricano. Militarmente contaban con la mayoría de los oficiales y a ellos se unió el ejercito de África.
Permanecieron al lado de la República la franja cantábrica, el País Vasco y la cuenca mediterránea desde Cataluña hasta Málaga. También se frustró la insurrección en Castilla, incluido Madrid.
Aunque dividido el territorio, contaba con los nucleos industriales y urbanos de mas relieve, las minas de oro del norte y el oro del Banco de España. La flota y la mitad de las tropas quedó en manos de la República, pero el Gobierno recelaba la fidelidad de una parte de sus oficiales

La división de España
Pronto se evidenció el fracaso del pronunciamiento militar y la división en dos del Éjercito, del territorio. Por una parte, un bando leal a la República, llamado rojo por los sublevados, y, por otra, el bando sublevado, autodenominado racional, llamado asimismo alzamiento al golpe militar.

Los sublevados controlaron el norte de Castilla y León, Galicia, Navarra, gran parte de Aragón y de Andalucía occidental; Baleares; Canarias y el protectorado colonial norteafricano. Militarmente contaban con la mayoría de los oficiales y a ellos se unió el ejercito de África.
Permanecieron al lado de la República la franja cantábrica, el País Vasco y la cuenca mediterránea desde Cataluña hasta Málaga. También se frustró la insurrección en Castilla, incluido Madrid.
Aunque dividido el territorio, contaba con los nucleos industriales y urbanos de mas relieve, las minas de oro del norte y el oro del Banco de España. La flota y la mitad de las tropas quedó en manos de la República, pero el Gobierno recelaba la fidelidad de una parte de sus oficiales